Este taller de dos horas es una experiencia inmersiva diseñada para transformar la manera en que padres, familias y líderes de iglesia comprenden la crianza y la educación temprana. A través de un enfoque interactivo y culturalmente relevante, exploraremos cómo las actitudes, conocimientos, prácticas, cultura y estrategias parentales influyen directamente en el desarrollo físico, emocional, y espiritual de los niños.
Más que ofrecer teoría, Crianza con Propósito invita a una reflexión viva: ¿cómo nuestras creencias y costumbres familiares moldean el futuro de nuestros hijos? Este espacio te brindará herramientas concretas —desde la nutrición y la regulación emocional hasta la creación de rutinas familiares saludables— para acompañar el crecimiento de los niños con amor, sabiduría y fe.
La meta es clara: fortalecer los lazos familiares y comunitarios para criar generaciones emocionalmente seguras, socialmente competentes y espiritualmente firmes. Porque criar no es solo cuidar, es formar corazones, mentes y futuros.

Las actitudes que forman

Las actitudes parentales definen la atmósfera emocional del hogar. Reflexionaremos sobre cómo las perspectivas, reacciones y valores que sostenemos —sobre disciplina, afecto, autonomía y respeto— influyen en el desarrollo emocional y conductual de los niños.
 Aprenderemos a distinguir entre control y guía, entre corrección y castigo, construyendo una visión más humana y empática de la autoridad parental.
Los participantes reconocerán cómo una actitud centrada en el amor, la paciencia y la coherencia promueve seguridad emocional y fomenta relaciones saludables, tanto en casa como en la iglesia.

El conocimiento que empodera

El conocimiento parental no se trata solo de información médica o psicológica; es sabiduría práctica. Discutiremos principios sobre nutrición, sueño seguro, apego, y desarrollo motor y cognitivo, conectándolos con las realidades culturales de nuestras comunidades. Analizaremos cómo las madres y padres que comprenden las etapas del desarrollo responden con mayor empatía y efectividad a las necesidades de sus hijos. El conocimiento se convierte así en un puente entre la ciencia, la experiencia y la fe —un recordatorio de que la comprensión ilumina el camino del amor.

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Las prácticas que modelan

Las prácticas familiares cotidianas son el verdadero currículo de la niñez. Desde compartir los alimentos hasta leer juntos o asistir a la iglesia, cada acción enseña. Exploraremos cómo rutinas organizadas, juegos cooperativos y momentos de conexión (como rezar, conversar o cantar con los hijos) fortalecen la autorregulación, la empatía y la cooperación. También reflexionaremos sobre cómo ambientes caóticos o excesivamente controladores pueden obstaculizar el crecimiento emocional, y cómo establecer hogares que sean espacios de orden, afecto y aprendizaje.

La cultura que da sentido

La cultura no es un accesorio de la crianza: es su raíz. En este segmento, reconoceremos el valor de las tradiciones, los rituales familiares y la fe como ejes del desarrollo integral.
 A través del diálogo y la reflexión colectiva, honraremos nuestras herencias —mexicanas, latinas, indígenas o migrantes— y veremos cómo cada familia puede ser una escuela de valores, lenguaje, espiritualidad y amor. Al finalizar, cada participante elaborará una tarjeta de ritual familiar: un pequeño compromiso para fortalecer una práctica significativa en su hogar, como una oración, lectura o tiempo de gratitud diario.
Crianza con Propósito no es solo un taller, es una invitación a ver la crianza como un acto de esperanza, fe y transformación. Cada padre y madre se convierte en un educador espiritual, un modelo de resiliencia, y una chispa de luz en la vida de sus hijos.
Porque cuando una familia florece, también florece su comunidad
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